La suma de simbolismos construye la identidad de una nación. En el caso mexicano, nuestros símbolos patrios, el lenguaje, las culturas, las costumbres, las creencias, la historia, los héroes, las fiestas, etc. construyen nuestra identidad frente al mundo. Y es debido a esta circunstancia, que la defensa sobre estos símbolos no deben, ni pueden perderse.
Para el año 2023, declarado en honor al Gral. Francisco Villa construimos un proyecto basado en el rescate de la memoria histórica y por la reflexión que implicó el villismo para nuestro país. Este esfuerzo generó un monumento y cenotafio itinerante que visitó diferentes partes del norte de México, y el cual tenía por objetivo conmemorar a los hombres y mujeres de la División del Norte, así como también a los generales de División que escogieron a Villa como jefe de este ejército. Este monumento estuvo acompañado de ocho pilares repletos de información e imágenes claves para comprender al villismo. No nos detuvimos ahí, el “Espíritu de Villa” fue un concepto simbólico construido para acercar a Francisco Villa con el pueblo durante su Centenario Luctuoso. Físicamente se encontraba representado por la urna que resguarda sus restos en el Monumento a la Revolución, pero verdaderamente servía como una cápsula del tiempo que recogía los testimonios, sueños y anhelos de todo aquel interesado en dejar sus palabras para el futuro. A todo este trabajo desarrollado desde junio hasta diciembre de 2023, sumamos la instalación de dos esculturas: la primera realizada por el escultor Guillermo Salazar, dedicada a Villa y una infante Nellie Campobello, por su villismo a contracorriente; la segunda, representaba el momento exacto en que Francisco Villa cambiaba la nomenclatura a la Av. Francisco I. Madero, en diciembre de 1914, durante el triunfo de la Revolución popular y fue realizada por el artista plástico Eduardo Bautista.
Todos los esfuerzos antes mencionados fueron instalados de forma exitosa, tuvieron, y tienen aún un número extenso de visitantes. Sin embargo, el trabajo a favor de estos espacios de identidad está incompleto, pues vemos todavía en el horizonte grandes retos por enfrentar. Una serie de los espacios del villismo yacen todavía en soledad, olvidados, alejados del pueblo. Mientras que para el mundo actual el rescate de los espacios públicos es todavía un reto mayor. La solución a estas grandes interrogantes yace orgánicamente en el trabajo de la mano con los ciudadanos, que viven y trabajan cerca de estos espacios. La Fundación Visión Villista se plantea el rescate de esos lugares que en muchas ocasiones refuerzan la vida social de las ciudades, los pueblos y los municipios. Nuestra organización apostará por las canchas de baloncesto, los centros comunitarios, los puntos de encuentro, las escuelas, y los caminos. Vamos, en conclusión, por todos esos espacios que le pertenecen al pueblo, generando memoria entre los villistas del siglo XXI.